Empieza el dia y la obligacion involuntaria nos lleva hacia el fondo, otra oportunidad para que alimentemos nuestras hogueras, esclavos de nuestro otro yo, el que no habla, pero que siempre nos susurra lo que debemos hacer.

Estos dias de esclavitud ya no tienen fin, las memorias se interrumpen, ya no se escriben los libros, y de repente las cosas empiezan a cambiar.

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